La revelación de Dios
como misterio trinitario constituye el núcleo fundamental y
estructurante de toda la fe de la Iglesia. Este se da gracias a la
Revelación Divina, pero aún cuando ha sido revelada se mantiene
"escondida bajo el velo de la fe y, como quien dice, introducida en un
sobre por una especie de oscuridad" (Primer Concilio Vaticano)
II. EL MISTERIO DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD
El misterio de
la Santísima Trinidad consiste en que Dios esuno solo y en él hay tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Este misterio nos
ha sido revelado por la Persona, palabras y acciones de Jesucristo. Jesús
nos dio a conocer las más profundas verdades acerca de Dios.
Desde los primeros
tiempos, como tal, el misterio de las tres Divinas Personas,
ha sido razón y fundamento de los concilios primitivos, quienes iluminados por
la fe del pueblo y el trabajo apostólico de los Padres de la Iglesia, surgían
para definirlo en materia de fe y para defenderlo luego de quienes pretendían
deformarlo.
El Concilio de
Toledo, ya en el año 675 nos acerca una definición aproximada de la
Santísima Trinidad al decir: “´Padre´, ´Hijo´, ´Espíritu
Santo´ no son simplemente nombres que designan modalidades del ser
divino, pues son realmente distintos entre sí: "El que es el Hijo no es el
Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el
Padre o el Hijo".-
El Concilio de
Letrán, en el año 1215, nos dice que son distintos entre sí por sus
relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es
engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede".
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
han estado siempre presentes en la historia de la humanidad, y El Nuevo Testamento, nos muestra con claridad una
estructura trinitaria actuando en conjunto en la salvación. La iniciativa corresponde
al Padre, que envía, entrega y resucita a su Hijo Jesús; la realización histórica se
identifica con la obediencia absoluta al Padre mostrada por Jesús, quien por
amor se entrega a la muerte; y la actualización perenne de su
acción salvadora es obra del don del Espíritu, quien después de la Resurrección
es enviado por Jesús de parte del Padre y habita en el creyente como principio
de vida nueva, configurándolo con Jesús en su cuerpo, que es la Iglesia.
Esta verdad revelada ha
estado desde los orígenes y se hizo presente, principalmente, en el acto del
bautismo, y en la expresión de fe del mismo Bautismo: “…Yo te bautizo en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”
De allí surgen también,
las diferentes profesiones de fe, que la misma historia de la Iglesia y sus
representantes fueron enriqueciendo a través de los años para llegar al hoy
CREDO Apostólico.
Definición de la
Santísima Trinidad en el siguiente video:
Catecismo de la Iglesia
Católica
El Catecismo de La
iglesia Católica nos da la siguiente definición como dogma de fe :
La Trinidad es una.
No confesamos tres
dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad
consubstancial". Las personas divinas no se reparten la única divinidad,
sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que
es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que
el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza". "Cada una
de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la
naturaleza divina".
Las personas divinas
son relativas unas a otras.
La distinción real de
las personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en
las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de
las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu
Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres personas
considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia".
En efecto, "todo
es uno (en ellos) donde no existe oposición de relación. "A causa de esta
unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está
todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el
Padre, todo en el Hijo".
III.
ALGUNOS CONCEPTOS TEOLÓGICOS
A. Procesiones divinas
Los evangelios revelan que existen 2
procesiones en la Trinidad: una, por vía de generación, la del Hijo; y la otra,
que procede del Padre a través del Hijo, es la procesión del Espíritu Santo:
El Hijo procede del Padre por el camino de
la generación intelectual, por medio del conocer de Dios (vía
intelectiva).
El Espíritu Santo procede del Padre y del
Hijo por el camino de la generación por el Amor, que es el camino
volitivo, de la Voluntad Amorosa del Padre y del Hijo, y ese Amor se
transforma en la tercera Persona Divina.
En los evangelios encontramos el
fundamento de las procesiones divinas en el Bautismo de Jesús, la voz del Padre
dice: "Este es mi Hijo" (Mt 3, 17), y Jesús dice que el Espíritu
Santo procede del Padre (Jn 15, 26), y que "todo lo que tiene el Padre es
mío", y, por eso, puede decir que "el Espíritu Santo recibe de lo
mío" (Jn 16, 16). Se trata evidentemente de 3 personas.
San Gregorio Nacianceno, adopta el término
"procesión", para explicar las relaciones de las personas divinas:
"el Padre es Padre sin principio, porque no procede de nadie. El Hijo es
Hijo, y no es sin principio porque procede del Padre. Pero si hablas de
principio en el tiempo, también Él es sin principio, porque es el Hacedor del
tiempo y no está sometido al tiempo. El Espíritu Santo es espíritu de verdad
que procede del Padre, pero no a manera de filiación, porque no procede por
generación, si no por procesión. Porque ni el Padre dejó de ser ingénito por
haber engendrado, ni el Hijo dejó de ser engendrado por ser del ingénito. ¿Cómo
podrían hacerlo? Tampoco el Espíritu se ha convertido en Padre o Hijo porque
procede o porque es Dios, aunque no lo crean así los impíos." (San
Gregorio Nacianceno, Discursos, 39, 12, en laTrinidaden
los Padres de la Iglesia, 35).
B. Relaciones
con Dios
Hay 4
relaciones en Dios, que se dan mediante la oposición relativa de las
Personas, lo que no rompe su Unidad de naturaleza ni la pericóresis o
circumincesión, por la que donde está Una de Ellas están también las otras
Dos.
·La Paternidad:
Del Padre con referencia al Hijo. Es la primera relación.
·La
Filialidad: Del Hijo con referencia al Padre, de Quien procede desde toda
la eternidad por vía de conocimiento intelectual.
·La
Espiración Activa: El Padre y el Hijo se aman de tal manera que generan una
Nueva Persona, el Espíritu Santo, por vía volitiva, “espiran activamente”
el Amor.
·La
Espiración Pasiva: Es el Amor espirado por el Padre y el Hijo contemplado
desde el Espíritu Santo. Desde Él, que recibe y es generado, la espiración
del Padre y del Hijo es recibida, por lo tanto es una “espiración pasiva”.
C.
Misiones Trinitarias
Las
Misiones pertenecen a lo que el número 236 del Catecismo denomina
“Oikonomia”, del griego, que significa “Economía de Salvación”, al Plan que
Dios tiene para salvar.
Por lo
tanto, éstas suceden hacia fuera del Seno Trinitario, apuntan al Plan de
Salvación y presuponen un Envío.
Hay 2
Misiones “hacia fuera”:
·La del
Hijo enviado por el Padre. Es la encarnación redentora.
·La del
Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, para dar testimonio de
Jesús Resucitado, recrear la Iglesia y santificar a los hombres.
El Padre
no es enviado, pero viene al alma en gracia, tal como leemos en Jn. 14,23 y
Ap. 3,20.
(De
todas maneras, las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas
Personas, por el misterio ya visto de la circumincesión o pericóresis).
D.
Apropiaciones o atribuciones Divinas
Las
operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, porque donde
está Una de Ellas está también inhabitándose las Otras Dos. Están “como Una
metida dentro de las Otras” (la pericóresis o circumincesión). La Trinidad
tiene “una sola y misma operación”. Por lo tanto, crean las Tres, redimen
las Tres y santifican las Tres.
Pero,
por Apropiación o Atribución, se adjudica a alguna de Ellas determinada
Obra: Por ejemplo, la Creación se “atribuye” al Padre. La Redención, al
Hijo. La Santificación, al Espíritu Santo.
IV.
LUCES DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD PARA EL HOMBRE DE HOY
Como un don que el misterio trinitario ilumina en la vida humana
tenemos la dimensión personal, es decir conciencia del valor de la persona;
abierta al encuentro, lo vemos en su apertura dialogal; comunicativa, es necesaria
la comunicación de los bienes, ante todo los personales, los talentos que
el Señor nos ha concedido, y también, obviamente, los bienes perecederos; y
servicial de la existencia, como proyecto a realizar desde la propia
libertad acogiendo el Plan divino.
También ilumina la realidad del valor infinito de cada ser humano,
que es irreductible a los otros. Por la revelación de la comunión de la
Trinidad en la unidad, que cada persona es para la otra desde su
singularidad inconfundible.
Otra enseñanza para la vida concreta que brotan de la contemplación
del misterio Trinitario, tenemos que ser persona es estar en reverente
apertura al otro.
No se trata de que queramos entender el misterio de
la Santísima Trinidad, esto es imposible. Jesús nos reveló ese misterio para
mostrarnos el modelo de lo que deben ser las relaciones humanas de los
cristianos.
La Iglesia universal nos invita a "glorificar a la Santísima
Trinidad" y la mejor forma de hacerlo es mejorando nuestras relaciones
humanas y así vivamos la unidad querida por Jesús "que todos sean
uno". Honrar a la Santísima Trinidad presente en nuestro corazón,
en nuestro espíritu y en la de los otros, y también la honramos cuando nos
esforzamos por entender que por el Bautismo estamos llamados a íntima unión
de amor con las tres divinas Personas.
V. TERCERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN LA TRADICIÓN GRIEGA
Cronología de la teología trinitaria
1.- Arrianismo
A partir del 318 enseña la doctrina la cual dice que el Verbo es creado
por Dios; no engendrado ni de la misma naturaleza del Padre. Defensores:
A.San Atanasio
atacó el arrianismo concluyendo que el Padre no puede existir sin su Hijo,
que es eterno; por lo tanto el Hijo es Dios, así como el Espíritu Santo también
lo es. Además, para que el ser humano pueda ser divinizado es
necesario que el Hijo sea Dios consustancial al Padre. Igualmente la
divinidad del Espíritu Santo se afirma a partir de la del Hijo; así, la
relación que se establece del Padre con respecto al Hijo, es la misma que
se da del Hijo con respecto al Espíritu. El Espíritu es consustancial al
Padre y al Hijo.
B. Dídimo (el ciego)
también fue un abogado de la divinidad del Espíritu Santo.
C. San Epifanio determina
que el Espíritu Santo es de dos, del Padre y del Hijo.
2.- Modalismo
Sabelio, hacia el 220, decía que el Hijo y el Espíritu son modos de
manifestarse Dios (el modalismo).
Explicación del modalismo
Dr. Gustavo Sánchez
3.- Pneumatómacos
Concebían al Espíritu Santo como criatura y una fuerza subordinada a
Dios.
4.- Aecio y Eunomio
Espíritu Santo solo era una criatura.
Defensores:
a.Concilio de Nicea
(325) proclamó la divinidad del Espíritu Santo.
b.San Basilio en su tratado sobre el Espíritu
Santo defendió la divinidad del Espíritu Santo, afirma la divinidad del Espíritu
Santo. Hace diferencia entre Ousia e Hypostasis, la
primera es lo común, la segunda, lo particular.
c.San Gregorio de
Nisa. Fundamenta la divinidad del Espíritu en el bautismo y en la obra de
la divinización del ser humano. Afirmó que en Dios existe la unidad de
naturaleza. Influyó en el concilio del 381, emplea
varias figuras como la lámpara y el poder. El Espíritu es del Padre y del
Hijo. El Espíritu, por ende, sale del Padre por el Hijo.
d.Gregorio
Nazianceno afirma que el Espíritu Santo es Dios, y que posee las cualidades
y realiza las acciones de Dios. Afirma claramente la divinidad de las 3
personas que son consubstanciales al Padre. La labor de estos padres
capadocios dio origen al artículo sobre el Espíritu Santo incluido en
Constantinopla.
e.San Juan
Damasceno, nacido hacia el 700, afirma la perikhoresis, las
hipostasis están la una en la otra, sin confundirse para contenerse
mutuamente. Esto es lo que se denomina la “in-existencia” de las personas
divinas, una en la otra. Afirma que del Padre proviene el Hijo por
generación y el Espíritu por procesión. Dice además que el Espíritu viene
del Padre por el Hijo, es Espíritu del Hijo porque es dado y manifestado
por Él.
En Siria, existen numerosas doxologías Trinitarias, y se destacan
además la presencia del Espíritu Santo en los sacramentos.
VI. TERCERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN LA REFLEXIÓN LATINA
El
dogma de la doble procesión del Espíritu Santo del Padre y del Hijo, se
opone al error de que el Espíritu Santo procede del Padre y no del Hijo. En
el Concilio de Toledo (589 d.C.) se añade la palabra Filioque (y del Hijo), variando de este modo lo que
Nicea había dicho en el Credo en donde se decía que el Espíritu Santo
procedía exclusivamente del Padre.
“et in Spiritum
Sanctum, dominum et vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit" (“y en el
Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del
Hijo")
Más
allá de los dogmas y errores, este tema no originó mayores problemas en los
primero 4 siglos.
Fue a inicios del
siglo VII en donde se inician algunas controversias, siendo la más fuerte e
importante la del siglo IX, con Focio en donde se opuso a la inserción del Filioque en el credo de
Constantinopla; para éste el Espíritu sólo procedía del Padre y no del
Hijo.La misma posición mantuvieron a finales del siglo décimo
otros Patriarcas y hacia la mitad del XI, el patriarca Miguel Cerulario renovó y completó
el cisma griego.
El rechazo del Filioque o la doble Procesión del
Espíritu Santo del Padre y del Hijo, y la negación de la primacía del
Romano Pontífice son los principales errores de la Iglesia Griega. Dentro
de la Iglesia la doctrina del
Filioque se declaró dogma de fe en el cuarto Concilio de Letrán (1215), en el segundo Concilio de Lyon (1274)
y en el Concilio de Florencia (1438-1445). Así la Iglesia propuso de forma
clara y con autoridad la enseñanza de la Sagrada
Escritura y la Tradición sobre la Procesión de la Tercera Persona de
la Santísima Trinidad.
Representantes
importante de la reflexión latina
1.- SAN AGUSTÍN
Fue
un gran defensor de la divinidad del Espíritu Santo ya que con su obra De trinitate explica con profundidad
teológica la divinidad de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad,
luchando contra la visión de los Arrianos que negaban la divinidad del mismo.
Para
el Santo es fundamental explicar las Relaciones relativas de origen ya que
éstas relaciones distinguen a las Personas divinas, pero estas relaciones
se dan en el interior de una misma esencia divina, por lo tanto todo es idéntico
en las tres personas.
Vemos
así, que San Agustín partiendo de la identidad divina llega a las relaciones
de las personas divinas. Es decir,
usando los términos absolutos (que
se aplican a todas las personas), el
Espíritu Santo tendrá los mismo atributos del Padre y del Hijo, es decir es
también Dios ( El Espíritu Santo
tiene la misma naturaleza del Padre y del Hijo). Por ello define al
Espíritu Santo como Charitas, ya que este atributo es común al Padre y al
Hijo.
Y
por otro lado, apoyándose en los términos
relativos, que implican relaciones de oposición (el Padre no es el
Hijo, el Hijo no es el Padre, ni el
Espíritu Santo es el Padre ni el Hijo),
concluirá, basándose en la Sagrada Escritura, que la tercera persona
de la Santísima Trinidad procede del Padre y del Hijo, sobre esto dirá Yves
Congar, que San Agustín, “no sólo afirma el Filioque más de una vez y sin ambigüedades
sino que lo justifica partiendo del Nuevo Testamento”.
2.- SAN ANSELMO (1033-1109)
Escribió la obra el Monologion. Descubre en el espíritu humano una
memoria de sí, una inteligencia de sí y un amor de sí, en los que halla al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
La esencia del Padre y del Hijo es la misma, se distinguen por la
relación de engendrante y engendrado. El Espíritu Supremo se ama a sí
mismo; el Padre y el Hijo se aman mutuamente, ese amor es el Espíritu que
es el que procede. Se habla de una esencia divina y tres personas o
substancias. Para Anselmo, el Espíritu procede del Padre y del Hijo.
3. RICARDO DE SAN VICTOR
(†1172)
Escribe un De Trinitate. Se interesa por la
pluralidad en Dios. Así, donde no hay pluralidad de personas, es imposible
que exista caridad; Dios es la suprema bondad y caridad.
El Padre es el amor puramente dado o gratuito; el amor recibido y
que da es el Hijo; y el amor puramente recibido es el Espíritu. Define el
concepto de persona como “el que existe por sí solo, según un
determinado modo de existencia razonable y que se distingue de todos
los demás por una propiedad incomunicable”.
El Espíritu procede del Padre y del Hijo. Igualmente el Padre y el
Hijo envían el Espíritu al hombre, para que este se configure con el
Espíritu. Las personas divinas se distinguen por el origen, según el
amor.
4. SAN BUENAVENTURA Y
ALEJANDRO DE HALES
Para San Buenaventura, el Espíritu es don y amor. El amor se
entiende en Dios de manera esencial y nocional; según este último aspecto
el amor es nombre personal de Espíritu Santo, Él es el amor del Padre y del
Hijo. El Espíritu Santo procede del Padre en el sentido que el uno ama al
otro, puesto que el Espíritu es nudo, lazo.
Alejandro de Hales (†1245) intenta conciliar a San Agustín con San
Juan Damasceno en la cuestión sobre la procesión del Espíritu Santo. Dice
Alejandro que el Espíritu procede del Padre y del Hijo, en cuanto que el
Padre y el Hijo son Dios.
San Buenaventura lo concibe como trino y uno. De este modo, por la
comunicabilidad soberana del Bien, existe necesariamente la Trinidad del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. De la suprema bondad, se deriva una
suprema comunicabilidad, luego una soberana configuralibilidad, de ello,
una soberana coigualdad y, por consiguiente, una soberana coeternidad; y de
esto se infiere una soberana cointimidad y, como consecuencia, una soberana
circumincesión.
5. SANTOTOMÁS DE AQUINO
Sólo por la razón se puede conocer imperfectamente la existencia de
Dios y algunos de sus atributos. Según la palabra de Dios y la fe existen
tres personas en la unidad de la substancia divina.
Conserva los títulos correspondientes al Espíritu como don y amor.
En el espíritu humano, hay dos operaciones inmanentes, a saber, el
pensamiento y el querer.
Existen dos procesiones en Dios, una por vía de la inteligencia y
otra, por la voluntad, que implica movimiento. La palabra Espíritu Santo
indica movimiento, dinamismo e impulso. Las personas divinas se distinguen
por las relaciones, pero son idénticas a la esencia. Las personas divinas
se constituyen por las relaciones de origen. El autor emplea la expresión
“relación subsistente”. El
El Padre da al Hijo la facultad de espirar al Espíritu, pero los
dos, el Padre y el Hijo, constituyen “los dos un único e idéntico
principio”. En esta acepción concreta acepta Santo Tomás el “por el Hijo”
de los griegos.
El Espíritu Santo es el agente principal que empuja a vivir las
virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad. La Iglesia está animada,
unificada y santificada por el Espíritu Santo.
El misterio de la Santísima Trinidad consiste en que Dios esuno solo y en él hay tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Este misterio nos ha sido revelado por la Persona, palabras y acciones de Jesucristo. Jesús nos dio a conocer las más profundas verdades acerca de Dios.
Desde los primeros tiempos, como tal, el misterio de las tres Divinas Personas, ha sido razón y fundamento de los concilios primitivos, quienes iluminados por la fe del pueblo y el trabajo apostólico de los Padres de la Iglesia, surgían para definirlo en materia de fe y para defenderlo luego de quienes pretendían deformarlo.
El Concilio de Toledo, ya en el año 675 nos acerca una definición aproximada de la Santísima Trinidad al decir: “´Padre´, ´Hijo´, ´Espíritu Santo´ no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo".-
El Concilio de Letrán, en el año 1215, nos dice que son distintos entre sí por sus relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede".
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han estado siempre presentes en la historia de la humanidad, y El Nuevo Testamento, nos muestra con claridad una estructura trinitaria actuando en conjunto en la salvación. La iniciativa corresponde al Padre, que envía, entrega y resucita a su Hijo Jesús; la realización histórica se identifica con la obediencia absoluta al Padre mostrada por Jesús, quien por amor se entrega a la muerte; y la actualización perenne de su acción salvadora es obra del don del Espíritu, quien después de la Resurrección es enviado por Jesús de parte del Padre y habita en el creyente como principio de vida nueva, configurándolo con Jesús en su cuerpo, que es la Iglesia.
Esta verdad revelada ha estado desde los orígenes y se hizo presente, principalmente, en el acto del bautismo, y en la expresión de fe del mismo Bautismo: “…Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”
De allí surgen también, las diferentes profesiones de fe, que la misma historia de la Iglesia y sus representantes fueron enriqueciendo a través de los años para llegar al hoy CREDO Apostólico.
Definición de la Santísima Trinidad en el siguiente video:
Catecismo de la Iglesia Católica
El Catecismo de La iglesia Católica nos da la siguiente definición como dogma de fe :
La Trinidad es una.
No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial". Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza". "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina".
Las personas divinas son relativas unas a otras.
La distinción real de las personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia".
En efecto, "todo es uno (en ellos) donde no existe oposición de relación. "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo".
Los evangelios revelan que existen 2 procesiones en la Trinidad: una, por vía de generación, la del Hijo; y la otra, que procede del Padre a través del Hijo, es la procesión del Espíritu Santo:
El Hijo procede del Padre por el camino de la generación intelectual, por medio del conocer de Dios (vía intelectiva).
El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo por el camino de la generación por el Amor, que es el camino volitivo, de la Voluntad Amorosa del Padre y del Hijo, y ese Amor se transforma en la tercera Persona Divina.
En los evangelios encontramos el fundamento de las procesiones divinas en el Bautismo de Jesús, la voz del Padre dice: "Este es mi Hijo" (Mt 3, 17), y Jesús dice que el Espíritu Santo procede del Padre (Jn 15, 26), y que "todo lo que tiene el Padre es mío", y, por eso, puede decir que "el Espíritu Santo recibe de lo mío" (Jn 16, 16). Se trata evidentemente de 3 personas.
San Gregorio Nacianceno, adopta el término "procesión", para explicar las relaciones de las personas divinas: "el Padre es Padre sin principio, porque no procede de nadie. El Hijo es Hijo, y no es sin principio porque procede del Padre. Pero si hablas de principio en el tiempo, también Él es sin principio, porque es el Hacedor del tiempo y no está sometido al tiempo. El Espíritu Santo es espíritu de verdad que procede del Padre, pero no a manera de filiación, porque no procede por generación, si no por procesión. Porque ni el Padre dejó de ser ingénito por haber engendrado, ni el Hijo dejó de ser engendrado por ser del ingénito. ¿Cómo podrían hacerlo? Tampoco el Espíritu se ha convertido en Padre o Hijo porque procede o porque es Dios, aunque no lo crean así los impíos." (San Gregorio Nacianceno, Discursos, 39, 12, en laTrinidaden los Padres de la Iglesia, 35).
B. Relaciones con Dios
Hay 4 relaciones en Dios, que se dan mediante la oposición relativa de las Personas, lo que no rompe su Unidad de naturaleza ni la pericóresis o circumincesión, por la que donde está Una de Ellas están también las otras Dos.
·La Paternidad: Del Padre con referencia al Hijo. Es la primera relación.
·La Filialidad: Del Hijo con referencia al Padre, de Quien procede desde toda la eternidad por vía de conocimiento intelectual.
·La Espiración Activa: El Padre y el Hijo se aman de tal manera que generan una Nueva Persona, el Espíritu Santo, por vía volitiva, “espiran activamente” el Amor.
·La Espiración Pasiva: Es el Amor espirado por el Padre y el Hijo contemplado desde el Espíritu Santo. Desde Él, que recibe y es generado, la espiración del Padre y del Hijo es recibida, por lo tanto es una “espiración pasiva”.
C. Misiones Trinitarias
Las Misiones pertenecen a lo que el número 236 del Catecismo denomina “Oikonomia”, del griego, que significa “Economía de Salvación”, al Plan que Dios tiene para salvar.
Por lo tanto, éstas suceden hacia fuera del Seno Trinitario, apuntan al Plan de Salvación y presuponen un Envío.
Hay 2 Misiones “hacia fuera”:
·La del Hijo enviado por el Padre. Es la encarnación redentora.
·La del Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, para dar testimonio de Jesús Resucitado, recrear la Iglesia y santificar a los hombres.
El Padre no es enviado, pero viene al alma en gracia, tal como leemos en Jn. 14,23 y Ap. 3,20.
(De todas maneras, las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, por el misterio ya visto de la circumincesión o pericóresis).
D. Apropiaciones o atribuciones Divinas
Las operaciones divinas son comunes a las Tres Divinas Personas, porque donde está Una de Ellas está también inhabitándose las Otras Dos. Están “como Una metida dentro de las Otras” (la pericóresis o circumincesión). La Trinidad tiene “una sola y misma operación”. Por lo tanto, crean las Tres, redimen las Tres y santifican las Tres.
Pero, por Apropiación o Atribución, se adjudica a alguna de Ellas determinada Obra: Por ejemplo, la Creación se “atribuye” al Padre. La Redención, al Hijo. La Santificación, al Espíritu Santo.